UNA QUE NOS UNA

#ColumnaNativa

05 NOV | 22

Por CONSUELO JARAMILLO ZAPATA

¡Luego del célebre triunfo del rechazo, adelante la clase política imperante!

Desde los inicios del país llamado Chile, su gente más trabajadora ha tenido que pagar y sufrir injustamente los procesos que conlleva enfrentarse a las denuncias de las injusticias sociales, siendo una de las más traumáticas, la dictadura de Augusto Pinochet. Su legado sigue condenando a la sociedad chilena, a través de la Constitución de 1980; y aunque tuvimos la oportunidad de avanzar en algunos cambios sustanciales a través de una nueva propuesta constitucional, se decidió rechazarla, por UNA QUE NOS UNA.

Con la llegada del sistema neoliberal en dictadura, comenzaron a surgir muchos más interesadas/os en hacer carrera política, ya que beneficiaba tanto a sus partidos políticos, como también a sus propios bolsillos. Independiente de todo esto, la sociedad seguía creyendo y confiando en una parte importante de la clase política.

Hoy, esa misma clase política se ha mostrado -o quizás se desenmascaró-, sin vergüenza alguna frente a cambios de un partido político a otro; denuncias de gastos fiscales sin mesura; en fraudes o escándalos comerciales y tributarios; corrupciones y hasta violaciones a los D.D.H.H., entre tantos otros actos repudiables, por quienes exigimos un país más justo. A raíz de esto, se agudizaron dos preocupantes enfermedades de nuestra sociedad; por un lado, la inextinguible brecha de las clases sociales -generada por una competencia desigual-; mientras que, por otro lado, cada vez más políticas/os velan por sus propios intereses y no necesariamente por las demandas nacionales que condujeron a la eclosión del estallido social el 18 de octubre del 2019 y que permitieron la conformación de una convención constitucional.

Clase política post plebiscito: una maniobra política-sinvergüenza

Muchas/os políticos siguen llenándose la boca con frases como “porque lo que la ciudadanía quiere es seguridad”, “nosotros estamos obligados a hacer lo que a la ciudadanía le preocupa”, “no ganó el rechazo, ganó Chile” … los mismos que terminaron expresando que sus partidos políticos se oponen a un nuevo proceso constituyente y, por tanto, no asistirían a las reuniones propuesta desde el gobierno para AUNAR criterios y darle respuesta a la ciudadanía. 

¡Aquí el chiste se cuenta solo!

Justo en el momento que chilenos y chilenas esperaban la gran unión entre derecha e izquierda, para poder llevar a cabo un nuevo proceso constituyente y así vivir en paz, llegan los superhéroes de “centro”. 

El 21 de octubre recién pasado, aparece en el servicio electoral el “Movimiento Amarillos por Chile”, liderado por el mismo personaje, que a minutos de anunciarse la derrota del Apruebo -a través de un despacho en vivo de CNN Chile- criticaba a la clase política y negaba que su grupo tuviera intenciones de formarse como partido, porque su objetivo era que se lleve a cabo una nueva propuesta constitucional, pero incluyendo a todos los sectores y no solo ideas de una izquierda radical.

Mientras que este 02 de noviembre nace “Demócratas”, liderados por un par de senadores que están en el ranking de los que más gastan en el apartado de “traslados”, según los datos de Chile transparente, recientemente ventilados en las redes sociales. Mismos personajes, que desde sus palcos acusan los gastos innecesarios que se hacen desde el gobierno o instituciones de Estado.

El nombre “Amarillos por Chile”, no deja nada a la imaginación y les va como anillo al dedo, no obstante, la grosería se asoma en la denominación “Demócratas”; no es posible que un grupo de políticos sigan colgándose de dicho término, cuando su actuar es a todas luces, antidemocrático, sordos de las demandas sociales.

Ambos partidos expresan a la ciudadanía que son el medio representativo, para aquella parte de la población flotante que NO es radical y que quiere un Chile UNIDO EN PAZ, ARMONÍA Y SEGURIDAD. Podrían haber sido más creíbles de no haberse inscrito como partidos, uniéndose a otros grupos sociales, sin financiamiento del Estado, pero NO. 

Y como guinda de la torta, la semana recién pasada el presidente Gabriel Boric, anunció la nueva propuesta de la reforma previsional, la respuesta por gran parte de los sectores políticos, fue un categórico NO. Una reforma que intenta reparar todas aquellas imperfecciones que tiene el actual sistema de pensiones y que ha quedado demostrado con creces, una reforma que es para toda esa cantidad de gente que cotiza y tiene pensiones indignas, pero NO.

Con todos los antecedentes anteriores + los tira y afloje del proceso constituyente, dudo que el norte de la clase política sea UNIRNOS y REPRESENTARNOS, lamentablemente sus ideales están lejos de lo que muchas ciudadanas chilenas anhelamos, porque se niegan, ante todo, a perder sus privilegios. 

VÁLVULA DE ESCAPE

#ColumnaNativa

28 MAR | 22

Por EQUIPO AULA.NATIVA MEDIOS

Han pasado apenas unos pocos días y semanas desde el regreso a clases presenciales, y los hechos y denuncias de violencia escolar se acumulan y multiplican. Casos de agresiones al interior y exterior de establecimientos educacionales protagonizados por estudiantes, denuncias hacia estudiantes de un liceo capitalino por un chat donde hablan de “hacer como una manada», para atacar a cualquier mujer,  «arrastrarla por el suelo» y violarla entre todos, denuncias de acoso y abuso sexual hacia docentes e inclusive un caso de violencia hacia un profesor apuñalado por una apoderada en Talcahuano encienden las alarmas respecto de una realidad latente y de sumo preocupante. 

La violencia escolar nos muestra de forma cruda una enfermedad multivariable más generalizada, que venimos presenciando desde hace años en los medios de comunicación tradicionales e independientes: portonazos, violencia vial, secuestros, homicidios, violencia sexual, violencia hacia inmigrantes, incendios intencionales, narcotráfico y violencia por parte del Estado, por hacer un conteo rápido. O sea, es una cartera de problemas que parecen no mitigarse, muy por el contrario, que se reproducen y aumentan progresivamente, y que encuentran en la escuela una válvula de escape posible. 

En su conocido ensayo Sobre la violencia, Hannah Arendt nos presenta un par de argumentos razonables al respecto, sobre todo cuando se pregunta por la relación entre Estado y violencia. Señala la autora que la violencia aparece cuando el poder languidece. Y es que la violencia podría ser enfrentada cuando un aparato colectivo ejerce un poder efectivo frente a ella, llámese Estado y sus poderes constituidos, en perspectiva macro, o bien, Consejo Escolar al interior de las escuelas -en perspectiva micro. 

Sin duda que enfrentar la violencia mutivariable de nuestra sociedad requiere de decidida voluntad y convicción, y por sobre todo, la capacidad social de ejercer un poder colectivo que la limite. En el plano escolar, cuando un hecho de violencia, acoso, abuso y/o discriminación se presenta, es la comunidad escolar completa la que se ve afectada e interpelada, por tanto es tarea colectiva establecer estategias para abordar las causas de dicha violencia y las formas de enfrentarla. 

Por lo general, existen roles e instrumentos que tienen la responsabilidad de resolver aquello: el rol Directivo y encargad@ de convivencia escolar, el Reglamento Interno y Manual de Convivencia, además de los Protocolos de actuación ante Violencia Escolar, Maltrato, Acoso y/o Abuso Sexual. Sin embargo, muchas veces la complejidad de los casos excede por mucho lo que éstos pueden hacer, siendo por tanto fundamental el involucramiento de la comunidad en su conjunto. 

Así, una forma de abordar de este complejo escenario parece ser, en primer lugar, sensibilizarnos por los hechos ocurridos, no solo escandalizarnos y luego voltear la mirada hacia otro post o publicación, y luego ejercer una acción colectiva consecuente a ello, a través de las instancias comunitarias de que se disponga. 

Sabemos que los desafíos pedagógicos que tiene la escuela en estos días son múltiples. En el plano académico, a propósito de la brecha de aprendizajes que presentan las y los estudiantes de los distintos niveles educativos, luego de 2 años de no presencialidad por la Pandemia e incluso desde el Estallido Social en adelante. Y en el plano socioemocional, por la misma disrupción social que creó el Covid-19, retrayendo a miles de estudiantes a sus habitaciones, cuando debieran haber estado socializando en el aula. 

Siendo así, la prioridad está en el plano socioemocional e implica reestablecer una relación armónica entre los distintos estamentos de las comunidades educativas, generando una buena relación entre escuela y familia, con comunicación afectiva y efectiva, donde los actores y actrices del proceso educativo aporten desde sus propias responsabilidades y/o liderazgos.

En definitiva, el desafío primordial que nos deja este primer mes de clases presenciales es superar el clima de desconfianzas, rabias, frustraciones, ansiedad, estrés y violencia inicial, para allanar procesos más afectivos y armónicos donde las acciones colectivas y colaborativas parecen ser una clave ineludible.

NO TENEMOS MINISTRO

#ColumnaNativa

05 DIC | 21

Por EQUIPO AULA.NATIVA MEDIOS

Desde un punto de vista de sentido común, podemos advertir que el actual Ministro de Educación, Sr. Raúl Figueroa Salas, ha marcado la agenda educativa durante su periodo con erráticos lineamientos educativos y falta de asertividad en diversos temas. Son múltiples las declaraciones polémicas y fuera de lugar, como cuando asocia vulnerabilidad social de las familias y abuso sexual hacia menores, cuando desliza subrepticiamente la suspensión del pago de subvención escolar a aquellos establecimientos que no regresarán a clases presenciales, o bien, cuando declara que l@s profesores están cómodos con la situación, tildando de “vacaciones” la suspensión de la presencialidad escolar. De más está decir los fallidos intentos de retornar presencialmente a clases cuando la pandemia se encontraba en su ola de contagios más agresiva. 

Así, a contrapelo de lo que requiere un contexto educativo aquejado por el Post-Estallido Social y la Pandemia del Coronavirus, llámese un ministerio dialogante y dedicado a aunar perspectivas y hacer converger a los actores de la educación, el Sr. Figueroa ha tensionado constantemente al sector educativo. Siendo la guinda de esa torta, una última intervención pública del Ministro Figueroa donde sale a la arena política para respaldar abiertamente la candidatura del ultraderechista José Antonio Kast.   

¿Su argumento? El gobierno no puede ser neutral.

Equivocado está el Ministro, ya que la neutralidad a la que hace referencia es una máxima de la Administración del Estado. De hecho, en virtud del caso de otra Ministra de Estado, Sra. Karla Rubilar, investigada por Contraloría por apoyar la campaña a diputado de su ex-pareja con medios institucionales, este órgano señala que: “los Ministros de Estado no pueden usar su autoridad para fines ajenos a sus funciones, ni con ocasión del ejercicio de su cargo, ordenar ni incentivar a los funcionarios bajo su dependencia a promover, de cualquier modo, a candidatos o campañas electorales”. (Artículo 28, Ley N° 19.884) 

En efecto, no podemos dar fe si utilizó o no su tiempo de trabajo ministerial para dar la entrevista en la cual explicita su opción política de cara a la segunda vuelta presidencial. Lo que sí advertimos es el abandono de su rol ministerial en pos de un posicionamiento público personal a favor de un candidato. Que de más está decir, en su escueto programa presidencial sobre educación releva la educación privada al mismo estatus que la pública, contraviniendo los ansiados anhelos del movimiento social, desde 2006 a la fecha, por una educación pública, gratuita y de calidad.   

Nos parece al menos contradictorio sus últimos dichos con el celo con que la Superintendencia de Educación se tomó el caso de dos profesores de historia, en los meses de abril y junio de 2021, presentando denuncias de oficio en cada caso para investigar un supuesto “adoctrinamiento político en la sala de clases” (Jorge Poblete, Subsecretario de Educación), cuando l@s docentes se refirieron a la muerte de Camilo Catrillanca y al docente Roberto Campos, detenido e imputado por daños a un torniquete del Metro de Santiago, respectivamente. 

Nos preguntamos: ¿qué señal o mensaje le da el Ministro Figueroa a los miles de niños, niñas y jóvenes del sistema escolar que escucharon o leyeron sus dichos al mostrar preferencia por un candidato presidencial en particular?  

Es indudable que en su rol, por su investidura, lo pedagógicamente correcto es abstenerse de mostrar preferencia pública por uno u otro candidato, dado que ello tensiona y retuerce todavía más al sistema educativo, en un contexto ya muy polarizado y crispado política y socialmente.  

No hay entonces un cuidado del clima socioemocional del sistema escolar al espetar estos dichos. No parece ser el Ministro de Educación de tod@s l@s chilen@s, sino más bien un político de oficio en un cargo ministerial haciendo proselitismo político por el candidato Kast.  

Con ello, renuncia a su principal misión que es conducir los derroteros educativos y formativos de l@s estudiantes de nuestra nación, so pretexto de sus derechos constitucionales como ciudadano, que sin duda los tiene, pero que en este momento entran en contradicción con la labor formativa pública. 

El Sr. Figueroa no tiene la altura, no tiene el estatus ni el talante moral para un Ministerio tan vital como es el de Educación. No debe olvidarse que la formación de nuestr@s estudiantes es el propósito principal de dicho ministerio, y por tanto, vale la pena abstenerse de emitir opinión política pública cuando está en juego la armonía y el clima socioemocional del sistema educativo en su integralidad. 

Frente a estos antecedentes, queda como constancia que #NoTenemosMinistro y se evidencia el peligro que significa, por parte de un gobierno, no nombrar a una persona idónea y capaz de desempeñar y conducir las políticas educacionales que permitan transformar la educación de nuestro país con miras a los desafíos que presenta el siglo 21.

ELIGE EDUCARNOS

#ColumnaNativa

10 Oct | 21

Por EQUIPO AULA.NATIVA MEDIOS

Cuando se inició el debate por el derecho preferente de las madres y padres a “elegir” la educación de sus hijas e hijos, se develó una lógica liberal que hace énfasis en valores democráticos como “la libertad a elegir”, pero que guarda en su razonamiento una dimensión económica que solo nos diferencia y discrimina por la capacidad de pago o grosor de la billetera familiar.

Elegir es una palabra que tiene ese trasfondo económico. Yo elijo lo que quiero comprar, yo escojo en torno a mis preferencias y gustos, yo pago por «algo mejor” hasta donde me alcance el bolsillo. Y en materia educativa aún hay quienes persisten en ese fundamento. Por lo cual ricos se educan con ricos, clases medias y clases emopobrecidas se educan donde puedan y les alcance.

El proceso constituyente abrió entonces este legítimo debate: ¿debe pensarse el Derecho a la Educación como un derecho personal, donde en principio deba resguardarse tu derecho a elegir, o bien, es por antonomasia un derecho social, donde el estado garantice su provisión?

Ante las consecuencias legales que pudiese tener el concebir la educación como una garantía estatal, sectores retrógrados de nuestro país no tardaron en hacer una defensa corporativa por cuanto «son las familias quienes deben determinar qué enseñanza quieren para sus hij@s».

Arguyen que la libertad de enseñanza está íntimamente ligada al derecho efectivo a la educación, y por tanto debe ser ésta una responsabilidad de los padres y madres, donde el Estado debe colaborar en esa misión, pero nunca pretender reemplazarlos. (Presidente Piñera y Ministro Figueroa, 14-09-2021. Fuente: radio.uchile.cl)

Dicho razonamiento esconde el antecedente que el principio de Libertad de enseñanza, bajo la actual Constitución, «incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimiento educacionales», resquicio legal que permitió profundizar el mercado en educación y aumentó las brechas educativas y segregación del Sistema Educativo durante 30 años.

A propósito de la Libertad de enseñanza, se dio un impulso histórico a la Educación Particular Subvencionada durante los años 90′ y 00′, despontenciándose así la educación con garantía estatal, es decir, la Educación Pública. Según datos de Fundación Sol, hacia 2013, la educación privada y particular subvencionada ya representaba 2/3 del sistema escolar.

Aclaramos que no es una crítica negativa a la existencia de la educación privada, religiosa o perteneciente a iniciativas particulares. Pero sí consignamos que aún cuando te eduques toda tu vida en la educación privada, el ejercicio de la misma durante tu vida te pondrá en la esfera de lo público inevitablemente. De allí que en su concepción consideramos que la Educación es axiológicamente un Derecho Social y un Bien Público.

El desafío en la Nueva Constitución por tanto es resguardar y proveer una Educación Pública con garantía estatal. Supeditando el derecho de las madres y padres a elegir la educación de sus hij@s a un principio consistente de Educación Pública, en donde la elección familiar sea primeramente una preferencia por compartir un Sistema Escolar Público, de calidad e inclusivo.

¿POR QUÉ LO HICISTE, VADE?

#ColumnaNativa

07 Sept | 21

Por EQUIPO AULA.NATIVA MEDIOS

Nos tienes a tod@s opinando, con ganas de decir algo al respecto y de analizar las consecuencias políticas de tu mentira. Existe un afán por establecer un marco moral para juzgar estrictamente tu actitud y de esta manera, evitar actuaciones semejantes en el nuevo Chile que se abre. Fe pública, idoneidad del cargo, fraude, estafa, perjurio, daño a la convención, repercusión internacional, y una lista ya abultada de conceptos se han ido leyendo y escuchando intensamente estos días al abordar tu caso.

Desde la pedagogía cabe una pregunta acuciante: ¿Por qué lo hiciste Vade?, pues la educación nos invita por sobre todo a preguntar por lo humano de tu conducta, la red o el contexto que la permitió –o alentó- y qué de todo esto puede volverse formativo.

A propósito de lo que Gabriela Mistral espetaba, “las letras trazadas con una navajita en la corteza de un renuevo se convierten en indelebles cicatrices en el árbol ya crecido”, vemos que inscribiste en la Convención una incisión profunda: “no podemos erradicar la mentira”. Queremos y podemos cambiar la Constitución, pero no podemos desterrar la falsedad. Queremos y podemos construir un nuevo sistema de pensiones, pero nos cuesta sobremanera erradicar la corrupción moral. Queremos y podemos establecer un modelo económico sostenible, pero cabe también aceptar en su seno la falibilidad humana. 

Es muy probable que los eruditos en jurisprudencia del nuevo órgano institucional, deben estar calculando normas legales para sancionar actos de esta índole con mayor severidad, evitando así, por ejemplo, el perjurio en la declaración de intereses y patrimonio de los funcionarios públicos y de toda repartición estatal; sin embargo, al levantar la mirada, vemos que hay dos, tres, diez, cien casos similares y/o peores. Por tanto, la tarea pareciera ser colosal, rectificar el derrotero moral de esta nación. La Convención responderá a ello y confiamos que esta situación siente un precedente de aquello intolerable en nuestra sociedad actual. 

Si bien cuesta entender a cabalidad lo que impulsa a una persona que miente así, públicamente, frente a todo un país, no es difícil advertir que lo hizo posiblemente por miedo, por una transgresión valórica, por una finalidad altruista o narcisista. ¿Fue un medio para un fin mayor: poner las enfermedades oncológicas al centro del debate? O bien, ¿una forma performativa de encontrar sentido a una vida que se quebraba por una patología hematológica? A ciencia cierta no lo sabemos, lo que sí entendemos es que se llevó por delante la credibilidad pública en su persona y en lo que Vade representaba: el luchador social de la calle, el “primera línea del estallido social” devenido en actor político institucional.  

Dramáticamente, el error de Vade nos sirve para enseñar un par de cosas valiosas. Que la función pública requiere de integridad ética. Que la enfermedad es una situación degenerativa tanto física como moralmente. Que la Convención no es la entelequia social de nuestro tiempo, sino solo un gran paso habilitante, y que por tanto, como el “renuevo”, debe cuidarse.

Para Vade, solo consignar que todavía tiene vida para redimirse, y esperamos que así sea, pues su error permite proveer de virtud a la generación de un tiempo venidero. 

# CN

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